viernes, 21 de diciembre de 2007

"mi vida nueva en Cristo"


Mi vida nueva en Cristo Jesús
Lectura: colosenses 3:5-7
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

Hoy voy a tratar un tema, que para muchos es tabú, hablar sobre ciertas cosas, que son practicas diarias a veces en la vida de las personas que no han conocido a Cristo, y que no debería practicar alguien que se supone que es nueva criatura, que se ha apartado de las cosas dañinas del mundo y a comenzado una vida en santidad para con el señor; entendiendo por santidad:( estar apartado para cristo, evitando toda relación con lo que me aparta de el)
El apóstol Pablo conocedor de las debilidades de los hombres escribe esta carta a los colosenses aconsejando estas cosas, es decir, dándoles una orientación cual debería ser el rumbo o el comportamiento que debemos tener toda persona convertida a Cristo.

Ø Pablo dice que debemos darle muerte a todos los malos deseos, es decir, nosotros somos los que tenemos que darle muerte en nuestra mente y en nuestro cuerpo a todos los malos deseos, por ejemplo Pablo habla de la fornicación o convivencia en pareja sin estar debidamente casados ante la ley y ante Dios.

Ø El habla de impureza, o relaciones sexuales inapropiadas, que van contra naturaleza, hombre con hombre, mujer con mujer, y aberraciones entre hombre y mujer, como el sexo anal, sadomasoquismo, etc.

Ø La verdad es que Dios no prohíbe el sexo, al contrario lo aprueba, en forma sana y legal, el creo al hombre con todo su potencial viril y a la mujer también para que disfrutaran de la sexualidad, pero en pareja, en matrimonio como a Dios le agrada, la desobediencia a esa norma divina a traído como consecuencia, enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el sida que se ha convertido en la plaga de los últimos tiempos.

Ø Cuando Pablo habla de malos deseos y avaricia, nos esta diciendo que debemos dominar nuestros malos deseos, por que la carne siempre se va a levantar, la tentación va a llegar, pero que nosotros con la mente de Cristo, ejerzamos dominio sobre esa pasión.

Ø Tampoco escapa otro deseo como la avaricia, un deseo desmedido de riquezas, de poseer cosas que a veces no están a nuestro alcance, y esto llega a convertirse en codicia, el señor dice “busca primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas vendrán por añadidura”, es decir el señor sabe de que cosas tenemos necesidades, y el las va añadir a nuestra vida, siempre que le busquemos a el primeramente en espíritu y en verdad.

Ø No quiere decir esto que no podamos tener un buen carro, una buena casa, un buen empleo, un buen negocio, etc., no todo aquel que se esfuerza alcanza bendiciones, pero Dios hace como el quiere, y a veces le da mas a unos que a otros, pero esa es su voluntad.

Ø Lo que el señor prohíbe es, el afán desmedido por el dinero y las riquezas, el amontonar bienes terrenales, sin darle al prójimo, al menesteroso, sin dar para la obra de Dios, vivir pendiente de las riquezas, trae desvelos y es igual que ser idolatra dice Pablo.

Ø Pablo le dice a los colosenses que estas cosas causan la ira de Dios, nosotros sabemos hermanos que Dios es amor, pero que también es fuego consumidor (hebreos 12:29), el dice que su ira viene contra los hijos de desobediencia, y Pablo dice “ustedes también se comportaban así, antes de conocer a Cristo”.

Ø Pero ahora que somos nueva criatura en Cristo, dijimos cuando nos baustizamos “muero para el mundo y vivo para Cristo”, es decir, soy nueva criatura en Cristo Jesús, señor nuestro, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas (2 cor. 5:17)

Ø Es decir el enojo, la ira, deben ser cosas que no me deben dominar, no se pondrá el sol sobre vuestro enojo dice Pablo en ( efesios 4:26)

Ø No debemos buscar de hacerle mal a nadie, no debemos andar enredados en chismes, contiendas, no insultamos a nuestros hermanos ni vecinos, por que Cristo ha transformado nuestra vida.

Ø El señor nos ha elegido para que formemos parte de su pueblo, el quiere que amemos a los demás como a nosotros mismos, que seamos humildes, amables, pacientes, tolerantes los unos con los otros, aceptarnos con nuestros defectos y virtudes, somos la iglesia, el cuerpo del señor por eso debemos amarnos los unos a los otros, como Dios nos ama a nosotros.



  • Dios nos dio nueva vida, nos resucito juntamente con Cristo, pues estábamos muertos en delitos y pecados y el nos resucito de los muertos.

  • ahora nuestro pensamiento como dice el apóstol, es primeramente en las cosas de arriba, las que a Dios le agrada, si hemos muerto realmente las cosas de este mundo no nos importan.

  • entonces cuando Cristo venga, también estaremos con el y compartiremos su gloriosa presencia.

    Dios les bendiga y Dios les guarde.

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