jueves, 3 de enero de 2008








¡¡QUE TESORO, TAN DIVINO!!





“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad”. (ECLESIASTES 11:9-10)

Ciertamente que la juventud es el periodo mas bello de nuestra existencia, es un tiempo que cuando lo estamos viviendo (sobre todo en la adolescencia) nos parece interminablemente largo, de pronto somos adultos y sin darnos cuenta, nos empezamos a dar cuenta, que estamos envejeciendo; los hijos, la gente, ya no nos trata igual, y de pronto las muchachas y los muchachos (caso de las damas) nos empiezan a tratar de señor, o señora, y nos damos cuenta que se acabó la juventud.
Rubén Darío escribió un poema muy precioso del cual traigo esta cita:
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer
Así es la juventud en tesoro, que a veces no sabemos apreciar, un tesoro que no tiene precio, un regalo de Dios que se vive una sola vez, se va y nunca mas vuelve a nosotros, cuando nos damos cuenta estamos llorando su despedida.
El sabio Salomón, lleno de esa sabiduría que viene de lo alto, que solo Dios puede dar, aconsejaba a los jóvenes que se alegraran, que disfrutaran su juventud y que tomara placer su corazón, sobre todo en los días de la adolescencia, pero les recuerda que “sobre todo lo que hagas, joven, te juzgará Dios”.
El joven por naturaleza es impetuoso, no le tiene miedo a nada, es arriesgado, lleno de coraje, y con muchas ganas de descubrir cosas nuevas, cosas prohibidas para el durante su niñez, y a veces no bien explicadas por sus padres durante su niñez. Este ímpetu, esta fuerza, este vigor, es el que hace muchas veces, que los jóvenes empiecen a consumir drogas, se inicien en la promiscuidad sexual, comiencen a delinquir, y a convertirse en escoria de la sociedad. El sabio Salomón, dice que el joven debe quitar el enojo, la rabia, el coraje de el, algo tan natural en un adolescente, ser rebelde, (muchas veces sin causa) se oponen a sus padres, en todo, por que así se lo aconsejan sus amigos.
Los jóvenes corren peligro en las calles, las drogas están a las puertas de cualquier colegio, cualquier universidad, esta plaga maligna, se ha constituido en un poder en todos los países del mundo, y tienen sus tentáculos metidos en todas las esferas del poder, una plaga apocalíptica, diría yo.
A través del consumo de las drogas, los jóvenes, se inician en las pandillas juveniles, y después se convierten en atracadores, asesinos, parias de la sociedad, por que lo que esta de moda en el submundo delictivo es el sicariato y pare usted de contar, por que también las armas de fuego llegan a estos muchachos y nadie se explica como los gobiernos no pueden controlar esto. La prostitución juvenil también es otra plaga a la cual están expuestos los jóvenes (de ambos sexos)
El sabio Salomón en el libro de los proverbios capitulo 1, versículo 8 al 19, escribió un tremendo consejo para los jóvenes y para los padres, los cuales cito en estas líneas “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;
9 Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello.

10 “Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.
11Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre, Acechemos sin motivo al inocente;
12 Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo;
13Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos;
14Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa,
15 Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas,
16 Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre.
17 Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;
18 Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo.
19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores. “
Amigo, amiga, joven del mundo, vive tu juventud, aprovéchala, disfrútala, pero acuérdate de Dios, el librara tu alma del seol, el guardara tus pasos, el joven que le entrega su vida a Cristo, la vive en paz y armonía, por que aunque tenga luchas, aunque tenga pruebas, por muy terribles que sean el señor Jesucristo se encargara de llevar tu carga, recuerda: “si los pecadores te quisieran engañar, no consientas”, recuerda que los errores siempre se pagan, y el que anda por buen camino, por torpe que sea no se extraviará, Dios les bendiga y Dios les guarde.